Los extractores de aire tienen varios usos, siendo la renovación del aire la principal. Pero tienen otras funciones, como la eliminación de olores, polvo, humedad, gases o partículas contaminantes y dañinas para las personas. Los hay industriales, para baños y para cocinas. Nosotros nos centraremos aquí en los extractores de cocina.
Tipos de extractores de cocina
Aunque un extractor de cocina puede parecer un simple ventilador, los hay de varios tipos. Y no hablamos de los tipos como extractores decorativos, campanas integrables, extractores horizontales, campanas telescópicas… sino de los tipos de extractores según el modo de eliminación de olores y humos que emplean. Y es que hay una serie de factores determinantes que harán que tengamos que decantarnos por uno u otro. Así pues, los 2 tipos principales de extractores de cocina son:
Extractores de succión / expulsión
Son los tradicionales, donde el motor hace girar las aspas del extractor que recogen el humo, olores y gases para enviarlos al exterior de la vivienda mediante un tubo.
Este tipo de extractores tienen como principal ventaja su alta eficiencia, puesto que tienen mayor capacidad de eliminación de olores, vapor y partículas.
Por contra, debemos contar con una salida de humos hacia el exterior cerca para poder colocar el tubo de evacuación. Además, este tubo no puede ser demasiado largo ni tener demasiados codos o ángulos. De lo contrario, necesitaremos un extractor con mucha más potencia.
Hay que tener en cuenta que cada ángulo de 90 grados que tengamos en el tubo de salida de humos significa una pérdida de la capacidad de extracción de aproximadamente un 15%. Así pues, si contamos con varios de estos codos, la capacidad de extracción de la campana se verá significativamente reducida. Los cambios en el diámetro del tubo empleado también afectan negativamente a la capacidad de succión de este tipo de extractores.
Extractores de recirculación
Como su nombre indica, este tipo de extractores no sacan el aire al exterior, sino que lo filtran y lo vuelven a introducir «limpio» en la cocina. Estamos simplemente depurando el aire, quitándole los olores y partículas a través de un sistema de filtros de carbono activo, y devolviendo ese aire a la cocina.
Como principal ventaja de este tipo de extractores es su facilidad de colocación e instalación. Y es que no necesitan ningún tubo ni agujero hacia el exterior de la vivienda.
Evidentemente, la eficacia de este tipo de extractores a la hora de eliminar olores es inferior a los de succión. Hay otro factor a tener en cuenta si instalamos uno de estos extractores, y es que los filtros se deben cambiar regularmente. De lo contrario, el sistema pierde eficacia y no eliminará correctamente los olores.
Estos sistemas de extracción de humos mediante recirculación son muchas veces la única opción posible. Es el caso cuando tenemos una cocina que no dispone de un lugar cercano que sea adecuado para tirar los humos y olores al exterior. O, simplemente, cuando el tubo de extracción de humos es demasiado largo o implica la introducción de demasiados codos. En estos casos, los extractores por recirculación son la mejor (y única) opción que tenemos.
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